La nutrición adecuada del bebé desde el momento que nace e incluso desde que es concebido, reduce el riesgo de que enferme y le ayuda a desarrollarse física y mentalmente. Sin embargo, es importante considerar que a medida que va creciendo, sus necesidades nutricionales cambiarán, por lo que será importante hacer un seguimiento con el pediatra para asegurarse de que esté recibiendo lo necesario para cumplir todos sus hitos y necesidades para un crecimiento y desarrollo adecuado.
Ofrecer una nutrición apropiada es crucial para el normal desarrollo del cerebro y el desarrollo neurocognitivo; cualquier falla durante los primeros años de vida, puede traer implicaciones en su salud, así como en su habilidad para aprender, comunicarse, pensar analíticamente, socializar efectivamente y adaptarse a nuevos ambientes y personas.

Es por ello que desde que nace el bebé debes estar al tanto de las opciones para ofrecer una nutrición temprana de calidad. Cada bebé tiene necesidades nutricionales diferentes y en conjunto con el pediatra y conforme a las necesidades particulares de cada bebé, se deberán tomar las decisiones apropiadas en función de diversos factores, entre ellos el modo en que decidas alimentarlo. Las opciones para alimentar a tú bebé pueden consistir en:
– la lactancia materna. La lactancia materna suele recomendarse para recién nacidos y bebés en su primer año de vida. Está demostrado que la lactancia materna tiene beneficios únicos, como ayudar a reducir el riesgo de padecer determinadas afecciones infantiles y contribuir al desarrollo cerebral del bebé. La lactancia materna está asociada a mejores resultados en funciones cognitivas (IQ) y desarrollo motor en relación a niños alimentados con fórmulas infantiles. Entre los elementos claves que ofrece la LM para un neurodesarrollo adecuado no podemos dejar de mencionar:
- Acidos grasos poliinsaturados de cadena larga o LC-PUFAs por sus siglas en inglés. Incluye este grupo al ácido linoleico (LA), ácido alfa linolénico (ALA), ácido docosahexaenóico (DHA) y ácido araquidónico (AA), los cuales juegan un rol esencial en el desarrollo normal del cerebro y en el proceso de mielinización así como en la producción de diversos neurotransmisores.
- MFGM o Membrana del glóbulo de grasa de la leche. Se encuentra tanto en la leche humana como en la de vaca. Es rica en componentes bioactivos, y ha mostrado un rol importante en la estructura y función del cerebro, además de beneficios en el sistema inmune. Entre las grasas que se encuentarn en la MFGM están los fosfolípidos como la esfingomielina y los gangliósidos entre otros, los cuales son importantes para la comunicación neuronal, apoyando el desarrollo.
- Vitaminas y minerales. Son una parte importante de la nutrición temprana. Es esencial que el bebé reciba las cantidades adecuadas de vitamina D y hierro (un mineral) para mantener su salud en buen estado. La vitamina D contribuye al desarrollo de los huesos y los mantiene fuertes. El hierro es vital para transportar oxígeno en el cuerpo, síntesis del ADN y contribuye al desarrollo del aprendizaje por su impacto en el proceso de mielinización, producción de neurotransmisores (dopamina, serotonina, noradrenalina) y desarrollo del hipocampo. Así mismo el zinc y el yodo en cantidades adecuadas, son necesarios para el sistema nervioso central.
- Más recientemente, el conocimiento sobre el eje intestino-cerebro sugiere que la diversidad y composición de esta comunidad afecta la estructura y función del cerebro y por ende el desarrollo neurocognitivo y el comportamiento a futuro.

– la leche materna extraída (en forma manual o con sacaleche eléctrico) o
– la leche de fórmula. En ciertas circunstancias médicas o por razones personales, se opta por el uso de fórmulas infantiles. Existen muchos tipos diferentes por lo que es importante elegir la que sea adecuada para la edad y características de cada bebé. Si bien las fórmulas infantiles actuales se asemejan notablemente a la leche materna, aún falta conseguir una composición más adecuada en determinados nutrientes esenciales que han demostrado un importante papel en el crecimiento y desarrollo cerebral.
También es posible utilizar más de un método para alimentar a tú hijo. Habla siempre con tu pediatra y asegúrate de obtener la información que necesitas. Si vas a alimentar a tú bebé con tetero, ya sea con leche materna o de fórmula, pregunta siempre sobre la técnica correcta de alimentación, cómo limpiar los teteros y sus piezas, así como las formas adecuadas de guardar la leche materna o de fórmula sobrante.
Sin duda alguna, la alimentación repercute tanto en el crecimiento físico como en el intelectual, por ello es esencial que durante la infancia, los niños tengan una nutrición adecuada y definitivamente, la lactancia materna se convierte en la mejor forma de nutrición que podemos ofrecerle al bebé.
REFERENCIAS
-Singhal A, Campoy C, Colombo J. (2023). The Interplay Between Infant Nutrition, Early Milestones, and Long-Term Outcomes. Disponible en: https://www.medscape.org/viewarticle/988641_sidebar2?sso=true&uac=30745DK&src=mkmcmr_driv_il_mscpedu_230325-988641-latam_ex-br-pcp
-Kadosh CK, et al. (2021). Nutritional Support of Neurodevelopment and Cognitive Function in Infants and Young Childre: An Update and Novel Insights. Nutrients, 13(1), 199. Disponible en: https://doi.org/10.3390/nu13010199
-Vaher K, Debby Bogaert D, Richardson H, Boardman J. (2022). Microbiome-gut-brain axis in brain development, cognition and behavior during infancy and early childhood. Developmental Review: 66. Disponible en: https://doi.org/10.1016/j.dr.2022.101038
-Nieto Ruiz, A. M. (2020). Efecto de la nutrición temprana sobre el crecimiento, desarrollo neurocognitivo y conductual en niños sanos durante los primeros años de vida. Granada: Universidad de Granada. Disponible en: http://hdl.handle.net/10481/62286.