De 6 a 12 meses · Embarazo y lactancia · Entre los 12 y 24 meses · Los primeros 6 meses

Neurodesarrollo y estrategias nutricionales en la infancia

El neurodesarrollo es un proceso dinámico y complejo a través del cual, la numerosa red nerviosa se conecta entre sí, consiguiendo un evidente progreso a nivel de dominio funcional y adaptación del niño a su medio. Es bien sabido que el desarrollo cerebral inicia desde el primer día del embarazo y se prolonga hasta después del nacimiento, muy particularmente, durante los primeros años de vida.

Aunque la secuencia de crecimiento y desarrollo está guiada por la información genética, el resultado final del desarrollo cerebral está determinado por la interacción de esa información genética con factores ambientales (nutrición, afecto, estimulación).

Calaméo - Neurodesarrollo Infantil (Reparado)

Esos factores influyen indiscutiblemente en la mayor producción de sinapsis neuronales, proceso que conlleva una mayor integración de las funciones cerebrales, las que permiten al niño logros adaptativos necesarios como: coordinación de movimientos, adquisición del lenguaje, interacción con el contexto, retroalimentación sociocultural, entre otras; y se constituyen en aspectos decisivos frente al desarrollo y a la adaptación.

Estudios de neuropsicología infantil aportan información valiosa acerca de la relación que existe entre el estado nutricional y situaciones de malnutrición, con el rendimiento cognitivo y funcional. Una inadecuada nutrición, ejerce un efecto devastador en el crecimiento corporal y en el sistema nervioso central. La falta de nutrientes puede producir irregularidades en las diferentes etapas de su desarrollo. Por ejemplo, sin la adecuada ingesta de lípidos puede haber una afectación negativa en la formación, el mantenimiento y la maduración del encéfalo. Por su parte, la malnutrición puede deteriorar la síntesis de neurotransmisores (serotonina, dopamina, el GABA, glutamato, etc.) por la falta de aminoácidos esenciales. Por lo tanto, se pueden ver afectadas las células gliales en cuanto a su funcionalidad y cantidad, así como un retraso en el crecimiento de las dendritas, alteraciones en la sinaptogénesis y defectos en la mielinización.

Adicionalmente, más recientemente se reconoce que el eje intestino-cerebro y la microbiota intestinal juegan un rol importante en el desarrollo cerebral. El eje microbiota-intestino-cerebro se refiere a la relación bidireccional existente de forma fisiológica y recíproca entre estos tres componentes del organismo, comunicados mediante el sistema nervioso entérico y circulatorio, por el que discurren distintas biomoléculas, transmisores y hormonas que permiten una correcta intercomunicación para su desarrollo y mantenimiento.

Trastornos del espectro autista y Microbiota - Nutribiótica
La comunicación entre los 3 componentes se realiza por la producción por parte de la microbiota intestinal de neurotransmisores, citoquinas, ácidos grasos de cadena corta y otros metabolitos.

La microbiota juega un papel importante en el neurodesarrollo cerebral en edades tempranas de la vida (tanto prenatal como postnatal), que puede tener sus consecuencias en edades posteriores. De esta forma, se ha visto cómo alteraciones de la microbiota pueden verse reflejadas en la percepción del dolor, la reacción al estrés, la neuroquímica y otras alteraciones del eje gastro-cerebral. La disbiosis intestinal puede incluso llegar a afectar la salud mental, favoreciendo la aparición de depresión y ansiedad en la etapa adulta. Los últimos estudios disponibles han demostrado que existen múltiples vías por las cuales el microbioma interactúa con el cerebro, ya sea a través de metabolitos, moléculas de desecho producidas por las bacterias, o interactuando directamente con los nervios.

Tabla 1. Mecanismos por los que la microbiota puede alterar las funciones del Sistema Nervioso Central (SNC)

MecanismoExplicación
Alteración de la permeabilidad intestinalCiertas infecciones o factores estresantes pueden alterar la barrera intestinal. Esto está presente no sólo en enfermedades gastrointestinales, sino también en psiquiátricas (depresión o síndrome de fatiga crónica).
Alteración de la composición de la microbiotaLa alteración de la microbiota puede regular la función de la barrera intestinal, reducir la inflamación o estimular la respuesta inmune.
Activación inmunológicaLa microbiota ejerce efectos directos en el sistema inmune, que a su vez está relacionado también de forma bidireccional con el SNC, por ejemplo, en la producción de enzimas proinflamatorias que afectan directamente a la barrera cerebral.
Vía neuralEl nervio vago regula distintas funciones vitales y la microbiota puede inducir señales por vía vagal al SNC.
Metabolismo del triptófanoLa microbiota puede alterar la concentración de la kynureinina (precursor del triptófano para la síntesis de la serotonina).
Respuesta hormonal gastrointestinalLa microbiota puede estimular la producción de péptidos hormonales gastrointestinales.
Metabolitos bacterianosLos metabolitos bacterianos pueden atravesar la barrera gastrointestinal e interaccionar con las células neuronales estimulando el SNC.

Por todo ello es necesario concientizarnos sobre la importancia de «prepararse» para el embarazo y ofrecer una nutrición apropiada para la madre. Resulta primordial, educar sobre la significancia de los nutrientes en el embarazo ya que macro y micronutrientes son esenciales para un embarazo saludable (ácido fólico, ácidos grasos poliinsaturados como el ácido araquidónico y el DHA), así como corregir todos aquellos factores de alto riesgo durante el mismo (desnutrición, obesidad).

QUE PODEMOS HACER?

Durante el embarazo:

Neurodesarrollo de tus niños ¿Cómo aportarle nutrientes claves?

Es necesario garantizar un peso o ganancia adecuada de peso así como el consumo óptimo de macro y micronutrientes:

-Grasas y ácidos grasos esenciales: excluyendo el tejido adiposo, el cerebro es el órgano del cuerpo con mayor concentración de lípidos. La síntesis rápida de estructuras lipídicas en el cerebro fetal en crecimiento requiere un suministro adecuado de ácidos grasos esenciales, que no son sintetizados por el organismo. Estos ácidos grasos esenciales deben ser suministrados en un momento oportuno que asegure el desarrollo normal y maduración del sistema nervioso. El tercer trimestre del embarazo es el período en el que el tejido cerebral experimentala máxima diferenciación celular y una activa sinaptogénesis. La depleción prenatal y perinatal de ácidos grasos poliinsaturados de cadena larga puede inducir a alteraciones en el desarrollo de la retina y del cerebro.

-Ácido fólico: los folatos intervienen en diferentes fases del metabolismo de nucleótidos y aminoácidos, y aportan moléculas de carbono en estos complejos y diversos procesos. También participan en la síntesis de proteínas, al actuar en el paso de homocisteína a metionina. Su deficiencia se asocia a defectos del cierre del tubo neural (mielomeningocele, encefalocele y anencefalia).

-Hierro: la deficiencia de hierro es la forma más frecuente de deficiencia nutricional en el mundo. Existe consenso en que esta afección, durante la etapa dedesarrollo cerebral pre y posnatal, constituye un factor de riesgo de elevada peligrosidad, y puede producir alteraciones en diferentes estructuras encefálicas y comprometer diversas funciones cognitivas, motoras y neuropsicológicas.

-Yodo: la deficiencia de yodo (DY) es la principal causa prevenible de retraso mental y daño cerebral en el mundo, y a su vez es la causa másfrecuente de hipotiroidismo congénito. El período crítico de DY para el cerebro fetal humano está comprendido entrelas 14 y las 27 semanas de gestación. De ahí la importancia de la adecuada ingesta de yodo de la madre gestante. Si la DY se prolonga hasta los dos o tres primeros años de vida, se produce un retraso mental grave, irreversible de no instaurar precozmente un tratamiento sustitutivo en el lactante. De todos los micronutrientes estudiados, la deficiencia de yodo en la etapa intrauterina es la que está directamente relacionada con el retardo del neurodesarrollo.

-Zinc: su deficiencia se asocia a retardo del desarrollo físico y psicomotor y al aumento de la morbilidad de enfermedades infecciosas durante la infancia.

– Además son fundamentales en este período, la vitamina A cuya deficiencia materna puede condicionar la aparición de hidrocefalia, retardo mental, trastornos en el neurodesarrollo, así como alteracionesen el metabolismo cerebral; vitaminas del complejo B, C, D y E.

Adicionalmente, diversos estudios han demostrado que algunos compuestos producidos por la microbiota materna durante el embarazo llegan al bebé mediante la placenta y pueden influir en el desarrollo y la función del sistema nervioso central del niño.

Por eso es primordial que la madre adopte un estilo de vida saludable acompañado de una dieta equilibrada y diversificada, especialmente rica en fibra. Lo que la madre come da forma a su microbiota intestinal. Y a su vez, las sustancias o metabolitos liberados por la microbiota de la madre pueden influir en el desarrollo del feto “con potenciales consecuencias sobre la salud del niño a lo largo de su vida”. Así por ejemplo, los prebióticos, un tipo de fibra alimentaria no digerible, fermentada por la microbiota intestinal, libera moléculas que regulan funciones importantes del organismo como son: los ácidos grasos de cadena corta, absorbidos en el intestino y que pueden intervenir el el desarrollo del cerebro y del sistema inmune.

Como resultado de un crecimiento y desarrollo encefálico deficiente, la adquisición de habilidades básicas de aprendizaje se verá perjudicada, convirtiéndose además en factor de riesgo para un pobre funcionamiento cognitivo, déficits atención, pérdida de interés y motivación así como diversos trastornos (autismo, trastorno bipolar, trastornos de ansiedad, depresión, síndrome de fatiga crónica, entre otros).

Luego del nacimiento:

La nutrición de calidad y la lactancia materna se constituyen en factores clave en el desarrollo de la primera infancia. Existe una asociación positiva entre la lactancia materna y el coeficiente intelectual, los logros académicos y adaptativos durante los primeros años de vida, demostrados por el hecho que existen diferencias evidentes en el neurodesarrollo de bebes alimentados con lactancia materna y bebés alimentados con lactancia artifical. No obstante, existen otros factores que pueden influir y se interrelacionan con el tipo de alimentación: educación de la familia, estatus socioeconómico, ambiente familiar, etc…

La lactancia potencia el desarrollo del cerebro de los bebés
Aquellos niños alimentados solo con leche materna tuvieron un desarrollo de la sustancia blanca significativamente mayor que aquellos niños alimentados con fórmula.

La lactancia materna exclusiva desempeña una función vital en todos los niños.

A partir de los 6 meses, a la lactancia materna se le sumará la Alimentación Complementaria que debe ser oportuna, suficiente, adecuada, segura y que responda a los signos de hambre-saciedad del niño.

Una nutrición adecuada, resulta vital, no solo por la ingesta de alimentos en sí, sino porque además se convierte en una forma de estimulación, ya que para los niños se convierte en todo un proceso de descubrimiento.

EN RESUMEN:

El desarrollo cerebral normal depende de un período de gestación adecuado, de la disponibilidad de proteínas, energía y micronutrientes, que favorezcan una microbiota intestinal óptima, así como de la estimulación sensorial y la actividad e interacción social luego del nacimiento del niño.

Un neurodesarrollo adecuado, será la base para el desarrollo pleno de todo el potencial cognitivo de tú pequeño!

REFERENCIAS

Ratsika, A.; Codagnone, M.C.; O’Mahony, S.; Stanton, C.; Cryan, J.F. Priming for Life: Early Life Nutrition and the Microbiota-Gut-Brain AxisNutrients 202113, 423. https://doi.org/10.3390/nu13020423

Gómez-Eguílaz M, Ramón-Trapero JL, Pérez-Martínez L, Blanco JR. El eje microbiota-intestino-cerebro y sus grandes proyecciones. Rev Neurol 2019;68 (03):111-117

Luna, J y col. Estado nutricional y neurodesarrollo en la primera infancia. Rev Cubana Salud Pública 2018, vol.44, n.4, pp.169-185. Disponible en: <http://scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0864-34662018000400169&lng=es&nrm=iso&gt;.

Garófalo Gómez, Nicolás & García, Ana & Vargas Diaz, Jose & López, Lucía. (2009). Repercusión de la nutrición en el neurodesarrollo y la salud neuropsiquiátrica de niños y adolescentes. Revista Cubana de Pediatría. 81.

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