La leche materna proporciona el equilibrio ideal de nutrientes para el bebé y contiene innumerables ingredientes bioactivos como inmunoglobulinas, hormonas, oligosacáridos y otros. Los oligosacáridos de la leche materna (HMO por sus siglas en inglés), son un componente muy importante de la leche materna y, son el tercer componente sólido más abundante después de la lactosa y los lípidos. Son un grupo estructural y biológicamente diverso de azúcares complejos no digeribles.
Los HMO están presentes en forma natural en la leche materna resultando muy interesantes por las cantidades en las que se encuentra y su diversidad estructural, de hecho, la cantidad y composición de los mismos varía entre mujeres: cada mujer produce un perfil particular de HMO. La leche materna contiene alrededor de 200 HMO, siendo el 2’-FL el más abundante.

Son resistentes al ph del estómago y a las enzima pancreáticas, alcanzando el intestino delgado distal y colon, casi intactos; solo 1% es absorbido ya que la gran mayoría de los HMO son metabolizados a este nivel por la microbiota intestinal o excretados en las heces, teniendo por tanto efectos locales (gastrointestinales) y sistémicos.
En el caso de las fórmulas infantiles, se han desarrollado mezclas de galactooligosacáridos (GOS), fructooligosacáridos (FOS) o inulina, para simular e efecto bifidogénico de los HMO de la leche materna.
Los HMO favorecen la salud intestinal de diversas maneras:
Previenen la adhesión de posibles colonizadores patógenos: muchos virus y bacterias deben unirse a las células epiteliales superficiales para proliferar y causar enfermedad. Usualmente, el primer sitio de unión son los azúcares de la superficie epitelial (glicanos). Debido a que la estructura de los HMO se asemeja a ésta, bloquean la unión de potenciales patógenos, favoreciendo que estos sean excretados sin causar daño alguno.

Actúan como prebióticos. Ya hemos comentado que la microflora intestinal se desarrolla en forma secuencial desde incluso la vida fetal. El predominio de las bifidobacterias en este microbioma, es el resultado de la presencia de un agente bifidogénico, en este caso oligosacáridos de la leche materna, que a nivel del intestino grueso son fermentados por las bifidobacterias y que para cumplir con su función prebiótica, permiten cambios específicos en la composición y/o la actividad de la microbiota intestinal confiriendo beneficios para la salud y el bienestar del huésped.
Los HMO son los primeros prebióticos que los humanos reciben con su dieta, generalmente desde el primer día de vida, y sirven como sustratos metabólicos para bacterias específicas como Bifidobacterium longum, subsp. infantis. En consecuencia, estas bacterias tienen una ventaja para crecer y prosperar.
Al ser fermentados, los HMO incrementan indirectamente la producción de ácidos grasos de cadena corta, que son fuente importante de energía para los enterocitos y se constituyen en moléculas claves para la salud intestinal. El principal producto de esta fermentación es el ácido acético que reduce el pH intestinal y es bacteriostático, inhibiendo el crecimiento de bacterias potencialmente patógenas. Adicionalmente, se producen ácido butírico y propiónico. Existe evidencia científica actual que sugiere que estos ácidos grasos de cadena corta pueden tener efecto a nivel sistémico debido a que ellos actúan como moléculas de señalización que están involucradas en la expresión genética, en la supresión del apetito y en la activación y diferenciación de células inmunes en el intestino, involucradas en el desarrollo de enfermedades alérgicas e inflamatorias.
Son inmunomoduladores. Los HMO tienen efectos inmunomoduladores indirectos, debido a los cambios que inducen en la composición y diversidad de la microbiota intestinal y la respuesta de las células epiteliales, pero también tienen efectos inmunomoduladores directos debido a su acción sobre las células inmunes a nivel sistémico después de ingresar a la circulación sanquíneo. Los HMO reducen la inflamación y promueven una respuesta inmune equilibrada para alcanzar un balance entre las respuestas Th1y Th2.
En definitiva, se sabe que los HMO son prebióticos que pueden modular los cambios en la composición de la microbiota del bebé y en la respuesta de las células epiteliales intestinales, con el potencial de modular directa e indirectamente las respuestas inmunitaria, disminuyendo la incidencia de infecciones y otros trastornos gastrointestinales. Una mejor comprensión de la función de las HMO y su papel en el mantenimiento de la salud intestinal nos ayudará a comprender mejor los beneficios para los niños en la prevención de enfermedades. Mientras tanto, recuerda: la leche materna es UNICA !
REFERENCIAS
-Wiciński, M., Sawicka, E., Gębalski, J., Kubiak, K., & Malinowski, B. (2020). Human Milk Oligosaccharides: Health Benefits, Potential Applications in Infant Formulas, and Pharmacology. Nutrients, 12(1), 266. https://doi.org/10.3390/nu12010266
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-Bode L.(2012). Human mil k oligosaccharides: Every baby needs a sugar mama. Glycobiology; 22(9):1147-1162.
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