Los brotes o crisis de crecimiento, también conocidos como crisis de lactancia son períodos de ajuste de la producción de leche a las necesidades del bebé. Ocurren en forma distinta en cada bebé, pero guardan características similares entre unos y otros.
Si bien son momentos que generan angustia y la falsa sensación de que no se está produciendo la cantidad suficiente de leche, es importante entender que el bebé está creciendo y sus requerimientos van cambiando, por ende, la cantidad y la calidad de la leche materna, debe ir cambiando de igual forma.

De las 2-3 semanas de vida
Es la primera crisis de mayor demanda y suele estar caracterizada por:
- Necesidad de mamar en forma continua o de «no querer soltar el pecho».
- Llorar desesperados si no tiene el pecho en la boca.
- Pueden buchar la leche pero quieren seguir mamando.
¿Qué está pasando?
El bebé necesita aumentar la producción de leche de su madre, y la única manera de conseguirlo es mamar sin descanso, hasta que una vez logrado el objetivo, el niño vuelve a hacer tomas más espaciadas y la lactancia retoma su curso más tranquilo de demanda.
Si todo va bien, la ganancia de peso será la esperada y sus evacuaciones indicarán que podemos estar tranquilos.
A las 6-7 semanas de vida
Nuevamente el bebé necesita más cantidad de leche y podemos evidenciar:
- Mayor demanda el número y duración de las mamadas.
- Nerviosismo, mama dando tirones, llora en el pecho, arquea la espalda (con el pezón en la boca), tensa las piernas.
¿Qué está pasando?
Al parecer, en este momento se produce un cambio en el sabor de la leche, teniendo un sabor más salado, que a algunos niños no les va a gustar. Una vez normalizada la situación, los niños recuperan el patrón de lactancia anterior a la crisis.
A los 3 meses
Es probablemente la más difícil de superar y más prolongada de todas, por lo que suele haber la tentación de destetar en forma precoz. Se caracteriza por:
- El bebé deja de comer con la misma frecuencia de antes y por menos tiempo, algo que la madre puede interpretar de diversas formas: no tiene hambre, no quiere comer o la rechaza.
- La madre nota los pechos blandos, lo que atribuye a una producción insuficiente de leche.
- El bebé hace tomas caóticas, en las que se distrae por cualquier cosa y a puede llorar durante las tomas.
- Sólo parece mamar bien y tranquilo cuando está dormido.
- El bebé engorda menos, lo cual es perfectamente normal a medida que crecen pero puede reforzar la sensación de que pasa hambre.
- A menudo, hay una disminución en la frecuencia de las evacuaciones, lo que puede interpretarse como una falsa disminución de la ingesta.
¿Qué está pasando?
A partir de los 3 meses, los bebés logran succionar en forma más eficiente, por lo que en un menor tiempo, toman la cantidad de leche que necesitan.
Adicionalmente, comienzan a producirse grandes cambios en su forma de relacionarse con el medio, debido a los cambios que comienzan a darse en la adquisición de una mayor madurez neurológica. Su visión mejora y ven más allá de la cara de su madre. Comienzan a oír mejor, por lo que ahora se distraen con mayor facilidad. Solo en las noches, con la disminución de estímulos ambientales, parecieran mamar con tranquilidad.
Por si fuera poco, la madre suele notar que sus pechos están blandos o «vacíos», pudiendo tener la sensación de que ya no produce la cantidad suficiente de leche, cuando lo que ocurre, es la optimización del proceso de producción de leche. La leche materna ahora comienza solo a producirse en el momento en que se requiere; y el cuerpo tarda sólo 2,2 minutos en desencadenar el reflejo de eyección y proveer al niño de toda la leche que le hace falta. Es decir, la leche materna comienza a producirse a demanda y el bebé ahora tiene que succionar, esperar unos minutos y volver a mamar.
Posteriormente, con el inicio de la alimentación complementaria pueden presentarse otras crisis de crecimiento alrededor de los 6 meses, al año y los dos años de vida, mucho más llevaderas, pero a las que siempre hay que tomar en cuenta.
La lactancia materna, de acuerdo con la OMS debe promoverse hasta los 2 años por lo que no es correcto pensar que la lactancia materna, pudiera de alguna forma interferir con la relación del bebé con la comida y que al omitirla, el bebé comerá más. La leche materna sigue siendo nutritiva y adecuada !
Al año de vida
Suele ocurrir que:
- Los bebés dejan de mostrar interés por los alimentos o comen pequeñas cantidades de ciertos alimentos
- Aumentan la demanda del pecho
¿Qué está pasando?
Luego de los 12 meses, comienza a reducirse la velocidad de crecimiento, por lo que en general, se reduce su ingesta.
Cuando la velocidad de crecimiento se incrementa de nuevo, aproximadamente sobre los 15-18 meses los bebés empiezan a comer con mayor interés adaptándose instintivamente sus necesidades.
Qué debemos recordar ? Cómo podemos superar estas crisis?
1.Las crisis de lactancia son períodos del crecimiento normal que NO justifican interrumpir la lactancia materna.
2. Continúa ofreciendo la lactancia materna según el bebé lo demande, SIN obligarlo.
3. Disminuye los posibles distractores ambientales durante las tomas.
4. Aumenta los tiempos de piel a piel con el bebé.
5. Continúa con una dieta variada y equilibrada, mantente bien hidratada y en lo posible descansada (aprovecha de dormir cuando el bebé también lo hace).
6. Ármate de paciencia. La desesperación es mala consejera !
Espero les haya gustado. Comparte esta info si te resulta útil a tí o a alguien que conozcas.
REFERENCIAS
-ALBA. Crisis o brotes de crecimiento. Disponible en: https://albalactanciamaterna.org/lactancia/tema-4-cuando-los-ninos-crecen/crisis-o-brotes-de-crecimiento/
-USDA. Cluster feeding and growth spurts. Disponible en: https://wicbreastfeeding.fns.usda.gov/cluster-feeding-and-growth-spurts
Un comentario sobre “Crisis o brotes de crecimiento ?”