Hace unos años mientras trabajaba en CANIA me tocó preparar una conferencia sobre los efectos de la desnutrición temprana sobre el desarrollo cognitivo de los niños. Ha pasado el tiempo y lo que en un momento me sorprendió, parece cobrar más vigencia hoy que en ese entonces, sobre todo para nosotros los venezolanos !
Aquí les dejo un extracto:
En los últimos años ha existido un interés particular en la malnutrición por déficit y el desarrollo del sistema nervioso central (SNC); sin embargo, las ideas que se tenían sobre la acción deletérea de la desnutrición en épocas tempranas de la vida y su efecto en el desarrollo del cerebro, han evolucionado considerablemente desde la década de los años 60, siendo aún, un tema de mucha controversia.
Hasta esa época, se consideraba que la desnutrición ocurrida durante períodos críticos de la vida, sobre todo al comienzo del desarrollo del niño, produciría cambios irreversibles en el cerebro, acompañados probablemente de retardo mental y trastornos de las funciones cerebrales. Hoy día se sabe que la mayoría de los cambios en el crecimiento de las estructuras cerebrales eventualmente se recuperan en alguna medida, aunque perduran alteraciones en el hipocampo y cerebelo.
Así mismo, teorías recientes respecto al impacto de la desnutrición en la inteligencia del niño, señalan que la misma altera el desarrollo intelectual por interferencia con la salud del individuo, con sus niveles de energía, sus tasas de desarrollo motor y crecimiento; en suma, las condiciones socioeconómicas deficientes pueden exacerbar todos esos factores y permitir la perpetuación del daño ocurrido a edades tempranas de la vida.
Con el reconocimiento de la vulnerabilidad del desarrollo cerebral de los mamíferos, y evidentemente del ser humano, surgió una gran controversia en relación con el momento en el cual un déficit en la condición nutricional del sujeto podía conducir a limitaciones en el potencial cognitivo del mismo, es decir, a la existencia de períodos vulnerables o críticos del crecimiento cerebral. En el ser humano, estos períodos comprenden buena parte del embarazo (período prenatal) y se prolongan hasta los dos primeros años de vida (período postnatal). Sin embargo, estudios posteriores demostraron que ambas etapas son igualmente importantes y corresponden a los llamados 1000 primeros días de vida de los que hemos comentado con anterioridad.
A la luz de muchas investigaciones hasta ahora conocidas, es posible concluir que muchas de las alteraciones estructurales asociadas a la desnutrición son duraderas más no permanentes, abriendo un espacio para la intervención y recuperación del individuo afectado por la desnutrición temprana; sin embargo, son muchos los que consideran que la situación es irreversible, ya que las condiciones socioeconómicas y culturales que permanecen en el tiempo, contribuyen también al deterioro intelectual.
Un punto de claro consenso, es que la desnutrición temprana – pre o postnatal – , produce cambios duraderos en las áreas cognitiva, emocional y/o conductual, sugiriendo que la desnutrición afecta de manera distinta y con distintos grados de severidad, a las diferentes áreas del cerebro.
Todos los nutrientes son importantes para el crecimiento y desarrollo neuronal, así como para las células gliales; pero algunos parecen tener más efectos que otros. Los efectos de estas deficiencia pueden ser transitorios, duraderos o permanentes. Así por ejemplo:
Como es posible darse cuenta en lo que respecta a nutrición y rendimiento intelectual del niño, todavía existen grandes vacíos de conocimiento debido quizá a la complejidad de los factores comprometidos (genéticos, hereditarios, ambientales, psicosociales, educativos y nutricionales) que dificultan su evaluación e interpretación y por tanto, el diseño de investigaciones sobre el tema; sin embargo, es necesario mencionar que más allá del énfasis en la existencia y relevancia de períodos “vulnerables” de crecimiento entre el nacimiento y los dos primeros años de vida, el cerebro cuenta con una plasticidad única, que según estudios recientes puede extenderse hasta el período de la adolescencia, garantizando que regiones que participan en funciones cognoscitivas superiores, incluyendo razonamiento y capacidad de resolución de problemas, autorregulación, personalidad y funcionamiento estratégico, maduren en el transcurso del tiempo, garantizando el refinamiento, integración y eficiencia de las funciones cerebrales.
Los niños son el capital humano del futuro ! Tratar la desnutrición implica romper con el círculo de la pobreza y es una de las consecuencias en la cadena de eventos que comienza con la escasez que rodea al niño; la desnutrición nace de la pobreza y generalmente ocurre en asociación con numerosos otros factores desventajosos para un desarrollo óptimo. Es necesario lograr una distribución más equitativa de los recursos y asegurar un acceso por igual a la salud, educación y cultura. El cerebro necesita una adecuada oferta de nutrientes y de estimulación intelectual para desarrollarse y funcionar óptimamente; la pobreza priva al niño de ambas condiciones, lo cual es particularmente deletéreo cuando ocurre muy temprano en la vida del ser humano.
REFERENCIAS
-Mendoza-Salonga A. (2017). Nutrition and brain development. Disponible en: http://www.tandfonline.com/doi/pdf/10.1080/20786204.2007.10873530?needAccess=true
-Biesalsky K. (2014). Hidden Hunger – . Consequences for Brain Development. Disponible en: http://www.pas.va/content/dam/accademia/pdf/sv125/sv125-biesalski.pdf
-Caraballo L. (2010). Efectos de la desnutrición temprana en el desarrollo y aprendizaje. Disponible en:http://www.cania.org.ve/PDF/boletin21.pdf
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