Por chucherias se entiende un grupo muy variado de alimentos cuyo único valor nutritivo es el azúcar (u otro CHO) o grasa, con escaso o nulo aporte en proteínas, vitaminas y minerales, destinado a satisfacer un gusto o antojo.
Que las caracteriza:
- Aportan mucha energía, pero pocos nutrientes, de allí que se les conozc
a como “calorías vacías”, es decir, que ayudan a aumentar de peso pero no a crecer. Por ello, es preferible elegir otros alimentos que el organismo de los pequeños necesita para crecer saludablemente.
- No aportan nutrientes esenciales. Su contenido proteico es pobre y lo mismo puede decirse del contenido en vitaminas o minerales que es prácticamente inexistente o poco significativo. Las chucherías están constituidas principalmente por azúcares simples (fructosa, glucosa y sacarosa) de
rápida asimilación, aditivos y colorantes artificiales, que le proporcionan esos vistosos colores. Los azúcares simples, al metabolizarse, se transforman en glucosa, que es la principal fuente de energía de nuestro organismo. La glucosa que no es utilizada por el cuerpo para realizar las funciones vitales se transforma en glucógeno y se almacena en el hígado y los músculos, como reserva por si hay una necesidad extra de energía. Pero si el consumo de azúcares es excesivo y se superan los límites de almacenamiento posibles, el exceso de glucosa se transforma en grasa en el tejido adiposo. Su consumo habitual y en grandes cantidades contribuyen a la aparición de obesidad, algo especialmente peligroso en niños, que son los principales consumidores de chucherias. El porcentaje de azúcar es de entre un 70% y un 80% por lo que el valor energético es muy elevado, de aproximadamente 350 calorías cada 100 gramos.
- Su contenido de agua es escaso.
- Contienen aditivos que contribuyen a aumentar su atractivo (colorantes, gelificantes, sabores o esencias artificiales,…) y que en ocasiones son de dudosa calidad y procedencia.
- Las chucherías saladas tampoco son saludables. Los aperitivos salados son productos hechos generalmente a base de cereales, con cantidades variables de grasa y sal. Su composición nutricional suele incluir una pequeña cantidad de proteínas, alrededor de un 45% de CHO y de un 50% de grasas, en algunos casos poco saludables.
Consecuencias de su abuso:
- Favorecen la aparición de caries.
- A más largo plazo pueden contribuir al desarrollo de obesidad, diabetes,
hipercolesterolemia … - Por su composición, contienen muchas calorías. Esto hace que el niño esté saciado y no tenga apetito para tomar los alimentos más saludables, creando conflictos a la hora de comer.
- Alergias: los aditivos dan color, sabor y aroma y contribuyen a potenciar su atractivo. Algunos pueden favorecer reacciones y erupciones en la piel (urticarias o brotes de dermatitis atópica) e incluso asma (colorantes azoicos).
- Se convierten con facilidad en objeto para diversos «chantajes psicológicos» tanto por parte de los adultos como del niño. Las chucherias NO son un premio y no consumirlas, no es un castigo.
- A menudo se pierde la cuenta del dinero gastado en estos productos.
Lo ideal, en vez de prohibir a los niños que coman chucherías, es ponerle límites y enseñarlos a escoger opciones sanas:
- Una regla de oro consiste en no tenerlas en casa lo cual junto a la otra regla, de dar ejemplo como padres, ayudará a que las chucherias no sean vistas como algo habitual.
- Seleccionar cierto día u ocasiones especiales para ofrecer chucherias a los niños (un día de la
semana, fiestas,…). Su consumo debe ser eventual más no habitual.
- Reemplazar las chucherias por opciones saludables: frutos secos (en mayores de 4 años), frutas enteras, yogur,…Es necesario enseñar a nuestros hijos y explicarles de manera clara, utilizando un lenguaje adecuado para su edad, el por qué de no consumir chucherias y por qué son alimentos que no conviene que consuman cada día.
- Cepillarse los dientes después de su consumo.
- Preparar chucherias caseras y usar la imaginación de modo de agregar color, sabor y caricaturas a comidas más nutritivas y sanas.
- Promocionar hábitos y conductas alimentarias saludables:
– Ofrecer 5 comidas principales y 2 meriendas, de este modo los niños siempre se sentirán satisfechos y se evitará la ansiedad por comer entre comidas
– Desayunar siempre
– Hacer partícipes a los niños en la selección y preparación de las comidas
– Planificar con tiempo las comidas, de tal modo de no caer en la tentación
– Respetar los horarios de comida
No se trata de privar a los niños de comerlas. Mientras más lo hagamos, más importantes se volverán para ellos. Lo mejor es que este tipo de comestibles se incluyan en su alimentación de manera ocasional !
Un comentario sobre “Chucherias: que hay sobre ellas ?”