Muchas veces por razones de costo o disponibilidad, surge la duda de ofrecer leche de vaca completa a los menores de 1 año. Existen muchos motivos para evitarlo:
Mayor riesgo de deficiencia de hierro y anemia: aún y cuando la leche materna contiene entre 00,5 y 0,1 mg de hierro por cada 100 mg y la leche de vaca contiene 0,1 mg por cada 100 mg, el hierro de la leche materna está presente de una manera muy biodisponible, tanto, que el 70% de lo que el bebé recibe es absorbido por el cuerpo. Del que proviene de la leche de vaca solo se absorbe el 30% del que ingiere, que es menos de la mitad. Se suma a ello el riesgo de microsangrado intestinal, ya que al ser las proteínas tan diferentes a las que un bebé espera, el intestino y el estómago de los bebés se irrita de tal manera que pueden producirse pérdidas de sangre con las heces. Y para completar, la presencia de inhibidores de su absorción como calcio y caseina y, la ausencia de facilitadores (vitamina C), favorece el riesgo de deficiencia de hierro y anemia.
Sobrecarga renal de solutos: debido a que la suma de los solutos que deben ser eliminados por el riñón, supera su capacidad; su riñón no está todavía adaptado para asimilar una concentración alta de proteínas y minerales . Constituyen parte de estos solutos, electrolitos (sodio, potasio, cloro) y productos nitrogenados resultantes de la digestión y metabolismo de las proteínas. Como consecuencia, mayor riesgo de deshidratación. La leche materna tiene cerca de 1 gramo de proteínas por cada 100 ml, mientras que la leche de vaca tiene 3,5 gramos. Esta diferencia responde a algo muy lógico: la leche materna se crea para alimentar a un bebé de 3 kilos de peso y la leche de vaca se crea para alimentar a una ternera de 32 kilos.
Alergia a la proteína de leche de vaca (APLV): es una condición que afecta al 2-6% de niños, resultado de la exposición temprana a las proteínas presentes en la leche de vaca (caseína y proteínas del suero como lactoalbúmina, lactoglobulina, entre otras). Como resultado, el lactante puede presentar síntomas digestivos (cólicos, diarrea, vómitos, buches, sangre en las heces), dermatológicos (eczema, dermatitis atópica), respiratorios (tos), entre otros. La mayoría de los casos mejora entre el año y el año y medio, aunque en ocasiones puede tardar hasta los 5-6 años.
Hipocalcemia: debido a la menor absorción de calcio y pérdidadel mismo por materia fecal.
Diarrea: por contaminación del agua para su preparación o de la leche misma.
Dermatitis amoniacal: como consecuencia de la pérdida aumentada por orina de desechos nitrogenados.
Además, la leche de vaca contiene mayor cantidad de grasa saturada, con una composición diferente de ácidos grasos poliinsaturados de cadena larga; tiene menor cantidad de ácidos grasos esenciales, bajas cantidades de ácido alfa linolénico, fundamentales en el desarrollo neurológico y visual del lactante. La leche de vaca contiene ácidos grasos de cadena corta que irritan el tubo digestivo de los bebés y que incluso llegan a inhibir la función eritropoyética (generación de glóbulos rojos) de la médula ósea.
De hecho, la Academia Americana de Pediatría (AAP) recomienda NO utilizar leche de vaca completa sin diluir hasta cumplido el año de vida.
El siguiente cuadro resume las consecuencias de su uso en menores de 1 año:

En general, tanto la AAP como la OMS recomiendan la lactancia materna exclusiva durante los primeros 6 meses de vida y luego hasta los 2 años junto a la alimentación complementaria. Situaciones especiales pueden conducir a la necesidad de emplear fórmulas infantiles, sin embargo, la leche de vaca, no debe ser una recomendación durante el primer año de vida. Factores como la inmadurez del tracto gastrointestinal y renal del lactante y diferencias propias de especie, no hacen de la leche de vaca, una opción a considerar para este etapa de la vida. El crecimiento es muy importante y solo la leche materna o fórmulas modificadas, garantizan cubrir en forma adecuada los requerimientos nutricionales durante el primer año de vida.
REFERENCIAS
-Lorenzo J. (2014).Alternativas de alimentación en menores de 1 año. Disponible en: http://www.fmed.uba.ar/depto/alim_n_sano/FLAS%20Y%20LV%20%202014.pdf
-Galiano M yMoreno J. (2013). La leche de vaca en la alimentación del niño: ¿necesaria o causa de problemas?. Pediatr Integral; 17(5): 371-378.
-Guillén-López S y Vela-Amieva S. (2010). Desventajas de la introducción de la leche de vaca en el primer año de vida. Acta Pediatr Mex;31(3):123-128.