Es una nueva modalidad de alimentación basada en la introducción de alimentos complementarios guiada por el bebé, es decir, que el niño come y bebe según sus necesidades y gustos (alimentación autoregulada).
Con esta práctica se ofrecen alimentos de fácil masticado consumidos por la familia, aprovechando la curiosidad innata de los bebés, su deseo de explorar y experimentar y la capacidad que tienen de imitar a los adultos para que vayan probando diversos alimentos tal y como son.
Se piensa que de este modo los bebés tienen menor riesgo de ahogarse que con la cuchara, ya que de esta forma tienen control de lo que entra en su boca. Los bebés no son capaces de mover intencionalmente la comida hasta la parte de atrás de la garganta sino hasta después de desarrollar la capacidad de masticar. Y ellos no desarrollan la capacidad de masticar hasta después de haber desarrollado la capacidad de alcanzar y agarrar cosas, la cual se desarrolla más tarde en su vida. De este modo que un bebé no puede fácilmente ponerse en riesgo porque no puede agarrar y llevar trozos pequeños de comida a la boca. La alimentación con cuchara, por su parte, estimula al bebé a succionar directamente el alimento hacia la parte de atrás de la boca, haciendo más probable que se asfixie.
Es por ello que inicialmente se ofrecen alimentos que puedan tomar con la mano entera y/o chuparlos, que se puedan deshacer fácilmente en la boca. Más adelante empezará a usar el índice y el pulgar como pinza pudiendo coger pedacitos más pequeños.
La principal diferencia entre la alimentación autorregulada y la forma tradicional de alimentar a los bebés reside en el orden en que los bebés aprenden el proceso de comer. Con el puré, primero aprenden a tragar y, más adelante, a masticar, lo que funciona bien hasta que encuentran un trocito. Con la alimentación autorregulada, los bebés aprenden primero a masticar y, bastante más adelante, a tragar.
No hay que agobiarse por hacer las tres comidas principales, es cuestión de tiempo establecer esa rutina. Hay que llevar el ritmo que resulte más cómodo y divertido para la familia.Tampoco hay que poner demasiada comida a su alcance, tan sólo bastarán, un par de pedazos de comida. Se trata de alimentación complementaria, la leche sigue siendo el alimento principal hasta el año, por lo que no importa demasiado que no coma ciertos alimentos.
El mejor momento para comenzar con este método es antes del primer año, una etapa de gran crecimiento y de descubrimiento del mundo para el bebé. Por su seguridad, es importante que el bebé esté en capacidad de sentarse correctamente, antes de empezar a comer sólidos.
VENTAJAS
- Los niños aceptan mejor las diferentes texturas y sabores, tienden a aceptar más alimentos y sus menús son muy similares a los de los adultos. Esto es porque además
de fijarse en el sabor, la temperatura y la textura por la boca, pueden fijarse en el color, en la forma, en el tacto, en la temperatura al tocarla, en qué pasa cuando golpeas los alimentos contra la mesa, etc.
- Comen a demanda, la cantidad que sus cuerpos les piden y eligen el alimento que puede aportar más según los requerimientos nutricionales de cada momento.
Como es su propia curiosidad la que les lleva a probar alimentos, son ellos los que deciden qué y cuánto comer, qué les gusta y qué les disgusta y se fomenta la autonomía de los bebés. - Al comer los alimentos por separado, conoce todas sus características de forma aislada, así el cambur sabe a cambur, los guisantes a guisantes y la carne a carne. Con las papillas, en cambio, deben asimilar un sabor extraño que probablemente no volverán a probar jamás.
- Pueden comer lo mismo que comen los adultos, por lo que puede sentarse a la mesa con ellos y ser uno más. De esta manera no hace falta tener que andar con papillas de aquí a allá, es posible ir como invitados a comer sin tener que preparar nada y en caso de urgencia se puede comprar un cambur o alguna otra cosa para que se la coman.
DESVENTAJAS
- No todos los alimentos pueden ofrecerse de este modo a los niños. En caso de que algún niño precise algún tipo de alimento concreto (normalmente en caso de necesitar una dieta especial por algún tipo de patología) puede hacerse una papilla en una de las tomas para añadir aquellos alimentos necesarios.
Hay que estar preparados para el desastre. El bebé come con las manos, mordisquea y succiona los alimentos. Todo ello hace que él mismo, la ropa y la silla acaben llenos de comida.
- Provoca desconfianza. Aunque es normal que a veces hagan alguna arcada e incluso que se atraganten, pues están aprendiendo (con las papillas también suele suceder al principio), muchas madres no se atreven a alimentar a sus hijos de esta manera. Lo ideal es ofrecer alimentos para los cuales estén preparados y progresivamente ir ofreciendo comida más sólida.
Lo más importantes es actuar con sentido común y:
- Evitar fragmentos duros y pequeños, difíciles de masticar.
- Restringir los frutos secos hasta por lo menos los 3 a 4 años.
- Ofrecer alimentos que sean apropiados nutricionalmente para su edad. Empezar, por tanto, con cereales (trocitos de pan), galletas, frutas, verduras cocidas… El pescado y el huevo se reservarán para más adelante dado su poder alergénico, tal y como se hace con los bebés que se alimentan con papillas.
- Ofrecer alimentos en láminas o tiras, inicialmente con una textura que pueda deshacerse fácilmente con los dedos o masticarse con las encías.
REFERENCIAS
-Rapley G. (2008). Guidelines for implementing a baby-led approach to the introduction of solid foods – updated. Disponible en: http://www.rapleyweaning.com/assets/blw_guidelines.pdf