Son fórmulas semejantes a las modificadas de leche de vaca en las cuales, la lactosa o azúcar de la leche, es sustituida por maltodextrina, polímeros de glucosa o sólidos de jarabe de maíz.
La lactosa es el principal carbohidrato en la leche materna, facilita la absorción de calcio, el funcionamiento del intestino (actividad de la microflora, consistencia de las heces, y absorción de agua, sodio y calcio) y la formación de glucolípidos, glucoproteínas y galactocerebrósidos.
La lactosa es hidrolizada hasta glucosa más galactosa, por acción de la lactasa, presente en el borde en cepillo de las vellosidades del intestino delgado, para poder ser absorbida. Cuando la lactosa no es hidrolizada, permanece en la luz del intestino incrementando la concentración osmótica y produciendo diarrea. Simultáneamente, por acción de enzimas bacterianas, la lactosa es fermentada con producción de ácidos orgánicos y gran cantidad de gases, lo que hace que el pH se vuelva ácido, incrementando el peristaltismo intestinal, signos y síntomas característicos de la malabsorción e intolerancia a la lactosa.
Estas fórmulas están indicadas únicamente en casos de malabsorción de lactosa debida a :
- Deficiencia primaria de lactasa, condición genéticamente determinada en cuyo caso hay una ausencia total o parcial de la lactasa intestinal, causando malaborción e intolerancia a la lactosa.
- Deficiencia secundaria a gastroenteritis aguda u otros procesos que conlleven una
lesión de la mucosa intestinal con alteración de la actividad lactásica, en cuyo caso se recomienda el mantenimiento de estas fórmulas sólo de forma temporal (2-3 semanas). El diagnóstico de intolerancia secundaria a la lactosa debe estar basado en la sospecha clínica por persistencia de diarrea explosiva, vómitos, eritema en el área del pañal, distensión y aumento de ruidos intestinales, gases, así como en la presencia de azúcares reductores en heces >0,5% y un pH en heces ≤5. En niños mayores se puede realizar también un test de hidrógeno espirado.
Es además importante señalar que debido a que en muchas de estas fórmulas existen trazas de lactosa, no se recomienda su uso en la Galactosemia. Para estos casos se requiere una fórmula exenta de disacáridos.
Como siempre, lo mejor es la indicación médica especializada.
REFERENCIAS
B. Ferrer, Miñana V, Dalmau J. (2009). Indicaciones para las fórmulas lácteas especiales: fórmulas para problemas menores, fórmulas sin lactosa y fórmulas de proteína de soja. Acta Pediatr Esp. 2009; 67(7): 333-337.