De 6 a 12 meses · Los primeros 6 meses

Fórmulas de soya

A pesar de sus limitadas indicaciones, las fórmulas de soya abarcan hasta el 25% del mercado de fórmulas infantiles, al menos en los Estado Unidos. Es importante conocer algunas verdades sobre ellas y sus usos en la infancia.

COMPOSICIÓN:

Calorias. En general, aportan 67 kcal/dL, similar a otras fórmulas infantiles.

Proteínas. Se emplea un aislado de soya, suplementado con metionina, carnitina y taurina, a fin de garantizar un contenido de 1.65 a 1.9 g/dL.

Carbohidratos. Son todas libres de lactosa. Se emplea la maltodextrina, los sólidos de jarabe de maíz y la sacarosa con un contenido que varía de  6.9 a 7.4 g/dL.

GrasasEl contenido de grasa es derivado de aceites vegetales (soya, palma, girasol, coco) y varía entre 3.4 – 3.6 g/dL e incluye los ácidos grasos docosahexaenoico (DHA) y araquidónico (AA).

Vitaminas y minerales. Todas son fortificadas en hierro y cumplen con las recomendaciones de vitaminas, minerales y electrolitos que recomienda la Academia Americana de Pediatría (AAP) para la alimentación de lactantes a término.Debido al alto contenido de fitatos que limita hasta en un 30% la absorción de calcio, las fórmulas de soya contienen 20% o más de calcio y fósforo que las fórmulas modificadas de leche de vaca y mantienen una relación calcio:fósforo que garantiza cubrir los requerimientos de estos y una mineralización ósea similar a la de niños alimentados con fórmulas derivadas de la leche de vaca. Así mismo, estas fórmulas son fortificadas en hierro y zinc, dado que tanto los fitatos de soya como el contenido de oligosacáridos presentes en ellas, limitan su disponibilidad.

INDICACIONES. De acuerdo con la AAP, las fórmulas de soya están recomendadas en casos de: galactosemia

  • Alteraciones en el metabolismo de los CHO:
    • Galactosemia
    • Deficiencia primaria de lactasa (sumamente rara)

 

  • Familias que practiquen el vegetarianismo.

 

  • lactasaLactantes a término con deficiencia secundaria o transitoria de lactasa. En condiciones normales, un lactante sano con gastroenteritis aguda posterior a su rehidratación, puede muy bien manejarse con fórmulas modificadas de leche de vaca, sin embargo, si ocurre deficiencia secundaria de lactasa, la fórmula de soya puede estar indicada, ya que en algunos casos puede acortar la duración y severidad del cuadro diarreico, al mejorar la intolerancia a la lactosa secundaria.

 

NO son indicación en lactantes a témino con alergia documentada a la proteína de leche de vaca (APLV) ya que 10 a 14% de los lactantes con APLV, lo son a la proteína de soya. Son de primera elección en estos casos las fórmulas extensamente hidrolizadas, sin embargo, por su mayor costo y mal sabor, no son las más preferidas.

NO son indicación en casos de enteropatía o enterocolitis inducida por leche de vaca.

NO se ha probado valor en la prevención ni manejo del cólico infantil o malestar gastrointestinal de los primeros meses de vida (buches, vómitos, agitación, llanto e irritabilidad), aún y cuando es quizás la razón más frecuente de uso. No obstante el 10 a 20% de los lactantes, según los padres, frecuentemente mejoran con el cambio de fórmula.

NO están recomendadas ni formuladas para pacientes prematuros. Su contenido de aluminio es muy alto y se ha evidenciado aumento del riesgo de osteopenia en pramturos o recién nacidos con retardo del crecimiento intrauterino.

NO se ha probado valor en la prevención de manifestaciones atópicas en lactantes de alto riesgo.

SOYA Y FITOESTRÓGENOS: la polémica

Los fitoestrógenos son estrógenos no esteroideos derivados de las plantas. Las fórmulas de soya contienen fitoestrógenos de la clase de isoflavonas. Las isoflavonas se encuentran normalmente en los granos y otras leguminosas como la soya. Las isoflavonas son estrógenos relativamente débiles y con una potencia bastante baja, sin embargo están en concentraciones relativamente altas en las fórmulas a base de soya. La polémica surge de este contenido y su potencial efecto negativo en el desarrollo sexual, neurológico, función inmune y tiroidea. Sin embargo, a la luz del conocimiento actual NO existe evidencia que permita concluir que las isoflavonas de la soya tengan algún efecto negativo sobre el desarrollo, reproducción o función endocrina y así lo demuestran los millones de niños alimentados con estas fórmulas desde los años 60, con un crecimiento y maduración normal.

En fin, la lactancia materna sigue siendo la primera elección en la alimentación infantil. Es el médico quien basado en la evaluación y seguimiento del lactante, quien considerará el uso conveniente o no de las fórmulas de soya, ya que son opciones seguras en aquellos que tienen indicación para su uso.

REFERENCIAS

-Vandenplas Y y col. (2014). Safety of soya-based infant formulas in children. British Journal of Nutrition; 111: 1340–1360

-Canadian Pediatric Society. (2009).Concerns for the use of soy-based formulas in infant nutrition. Paediatr Child Health; 14(2): 109–113.

-Bathia J y Greer F. (2008). Use of Soy Protein-Based Formulas in Infant Feeding. Pediatrics; 121(5): 1062-1068.

 

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