Si hay un tema que se repite en la consulta diaria son las dudas relacionadas con la alimentación de la madre durante la lactancia. Todo el mundo comenta, todo el mundo sugiere, todo el mundo tiene una opinión, una anécdota o historia que contar. Existen muchos mitos en cuanto a que las madres que están dando pecho deben comer por dos, o bien dejar de comer ciertos alimentos. Sin embargo la realidad es que deben consumir de todo, pero en la cantidad adecuada. NO hace falta una dieta especial !
Durante la lactancia el requerimiento calórico de una madre sana y con peso saludable, está comprobado que aumenta entre 500 a 600 calorías diarias, a fin de garantizar la producción diaria de leche que requerirá el bebé. De allí que es normal que muchas mamás que amamantan, sientan mucha hambre.
Cuando a través de la dieta no se obtienen los nutrientes suficientes, el cuerpo los obtendrá de las reservas, las cuales con el tiempo se pueden agotar. Y dado que la calidad de la leche materna dependerá de la nutrición y estado nutricional materno, el número de veces y la fuerza de la succión del niño y la edad gestacional en el momento del parto, que es fundamental que conozcamos sobre cómo alimentar a una madre durante este período.
La distribución calórica es similar a otras etapas de la vida. Durante el embarazo y la lactancia aumentan las necesidades de energía, proteínas, ácidos grasos esenciales, vitaminas y minerales:
- Carbohidratos. Deben representar entre el 45 al 65% del aporte calórico diario, con
una ingesta recomendada de 160 a 210 g/día, la cual permite mantener los niveles de glicemia y evitar la cetonemia. Deben tomarse repartidos en las comidas en forma de CHO preferiblemente complejos (integrales) como pan, cereales, pasta, arroz, tubérculos o granos y evitando azúcares simples procedentes de productos de repostería, bebidas azucaradas, caramelos.
Proteínas. En general, se adicionan 25 g/día respecto a la mujer no lactante, para un total de 71 g/día, lo que supondría entre el 10 al 35% de la ingesta calórica total. Se recomienda que al menos el 50% o más de las proteínas consumidas sean de alto valor biológico, dando preferencia a las carnes magras como las aves, pescados blancos y azules, huevo, entre otros.
- Grasas. No existe una recomendación formal en relación al total de grasas requeridas. Sin embargo, se establecen recomendaciones en cuanto a la ingesta de ácidos grasos
poliinsaturados de 1,3 g/d para los Ω3 y de 13 g/d para los Ω6. La grasa ingerida debe ser grasa de calidad, eligiendo aceite de oliva (grasa monoinsaturada) en lugar de mantequillas y margarinas (grasa saturada), y dar preferencia a pescados y frutos secos (grasa poliinsaturada) en lugar de carnes rojas y embutidos grasos (grasa saturada).
En cuanto a las vitaminas y minerales:
- Hierro. Aunque las pérdidas menstruales no reaparecen hasta el fin de la lactancia y la hemorragia durante y tras el parto se compensa con la disminución de la masa de glóbulos rojos, la necesidad de aportar 0,3 mg/día a la leche materna hace que sea recomendable seguir con una dieta rica en este mineral, al igual que durante el embarazo.
- Calcio. Se debe asegurar su aporte diario. Una alimentación adecuada durante la
lactancia disminuye el riesgo de desmineralización ósea (provocada por la succión, la prolactina y los bajos niveles de estradiol que movilizan el calcio óseo) y favorece una buena recuperación del hueso al finalizar la lactancia, por lo que el consumo de lácteos durante este período, es vital.
- Yodo. Una adecuada concentración de yodo en la leche materna es esencial para que el recién nacido mantenga unos niveles óptimos de hormonas tiroideas y para un buen desarrollo neuronal. Para ello, es necesario que las madres lactantes tomen como mínimo 155 μg de yodo diario (1 cucharadita de sal=180 ug). Estas cantidades son suficientes para los requerimientos del neonato a través de la leche materna.
- Vitaminas. Especial relevancia adquiere la vitamina A, por ser una vitamina muy abundante en la leche materna y jugar un papel básico en el sistema inmunitario del niño. La ingesta dietética debe incrementarse 500 μg/día con respecto a una mujer no lactante, para asegurar una secreción diaria en la leche materna. Las vitaminas hidrosolubles deben aumentarse entre un 30 y un 50% con respecto a una mujer adulta no lactante.
El siguiente cuadro resume los requerimientos diarios para algunos macro y micronutrientes con el embarazo y la lactancia.
Más adelante continuaremos con la distribución de las comidas y raciones por grupos de alimentos, así como algunas sugerencias que faciliten el consumo de la dieta variada y equilibrada que mamá necesita !
REFERENCIAS
Medina D. Alimentación de la madre que amamanta (2014). En:Nutrición en el embarazo. (1a edición: pp. 153-186). CANIA:Caracas.
Dietary Reference Intakes.Disponible en: http://www.nationalacademies.org/hmd/~/media/Files/Activity%20Files/Nutrition/DRIs/DRI_Macronutrients.pdf