De 6 a 12 meses

Y llegamos a los 6 meses !

Una vez pisamos los 6 meses, reaparecen las dudas. Llegó la hora de iniciar la alimentación complementaria, etapa de gran vulnerabilidad biológica en la que se debe transitar de la lactancia materna exclusiva a la incorporación de otros alimentos, a fin de garantizar la demanda de energía y nutrientes del lactante en crecimiento. Sin embargo, cada niño tiene sus propias necesidades y más temprano o más tarde, podrá mostrar su interés por la comida de los adultos. La incorporación de otros alimentos es una experiencia sensorial única para el lactante y una nueva oportunidad de aprendizaje.

Tanto los alimentos como las prácticas de alimentación influyen sobre la calidad de la alimentación complementaria y las madres y las familias necesitan apoyo para aplicar buenas prácticas de alimentación complementaria. Es importante contar con alguna orientación al respecto y seguir ciertas recomendaciones, de tal modo de asegurarnos de ofrecer al lactante lo que necesita para crecer. En general, la alimentación complementaria debe:

  • Iniciarse en el momento adecuado. Es justo a los 6 meses cuando el bebé desde el punto de vista neurológico y gastrointestinal, esta preparado para recibir alimentos distintos a la leche. De acuerdo con la Academia Americana de Pediatría (AAP), el niño está listo cuando:
    • Es capaz de sentarse estable sin ayuda.
    • Tiene buen control de cabeza y cuello.
    • Pierde el reflejo de extrusión que hace que los niños expulsen la cuchara o alimentos con la lengua, por lo que ahora podrá mantenerlos dentro de la boca.
    • Muestra interés por la comida de los adultos.
    • Sabe mostrar hambre y saciedad con sus gestos (cuando tiene hambre y ve acercarse la cuchara, el niño abre la boca y mueve la cabeza hacia delante, mientras que el que está lleno o satisfecho, cierra la boca y mueve la cabeza hacia otro lado).
  • Ser suficiente en calidad, cantidad y frecuencia, de tal modo que sin abandonar la lactancia materna, se cubran las necesidades nutricionales del pequeño:
    • Calidad: debe ser rica en energía, proteínas y micronutrientes como hierro, folatos, zinc, calcio, vitamina A.
    • Cantidad: los nuevos sabores pueden sorprender al niño, por lo que siempre es aconsejable iniciar con 1 ó 2 cucharadas y gradualmente, según tolerancia, incrementar la cantidad progresivamente. Así mismo debe hacerse en relación a la consistencia e ir pasando de licuado,  a pisado o triturado y a los trocitos.
    • Frecuencia: la OMS recomienda que entre los 6 y 8 meses se ofrezcan dos o tres veces al día, y después, entre los 9 a 11 meses, unas tres o cuatro veces al día, añadiéndoles meriendas nutritivas una o dos veces al día, entre los 12 y 24 meses.
  • Ser segura, es decir, garantizando la forma de preparar y administrar los nuevos alimentos, a fin de que estos no signifiquen un riesgo de infección para el bebé.
  • De fácil preparación y consumo por el niño, con alimentos tanto disponibles como accesibles localmente.

Así mismo se recomienda que:

  • Los alimentos pueden ofrecerse inicialmente después del pecho o la leche extraída. Solo si la madre está ausente y no quiere extraerse la leche, los alimentos complementarios la sustituirán parcialmente. En general, se sabe que ninguna papilla casera supera en calorías a la leche materna, lo que confirma la necesidad de dar antes el pecho que la papilla y demuestra lo carente de sentido que es adelantar la alimentación complementaria porque el niño gana poco peso. No obstante, ésta recomendación puede ajustarse a cada caso y la madre puede decidir esto según su conveniencia y demanda del niño.
  • Los alimentos deben ofrecerse de uno en uno, separados por al menos 2 a 3 días, descartando la aparición de diarrea, rash o vómitos con la introducción de cada nuevo alimento.
  • Nunca se debe obligar a comer a un niño, deben ser los bebés quienes escojan libremente los alimentos que los padres les ofrezcan.
  • No añadir azúcar ni sal a los alimentos.

La leche materna seguirá siendo fundamental a lo largo del primer año de vida e importante durante el segundo. La alimentación complementaria, es un proceso lento y de paciencia mientras el niño se adapta y aprende a mantener los alimentos en la boca, desplazarlos a la parte posterior y luego tragarlos. Es normal que ocurran desastres en la mesa, que se ensucien, que jueguen con la comida y que tomen su tiempo para comer. Es siempre necesario responder a las necesidades del pequeño, minimizar distracciones, probar diferentes opciones, hablar con los niños y mantener contacto visual, animarlos y asistirlos a comer !

NO existe una guía exacta o receta a seguir al pie de la letra, es cuestión de ir probando y ajustándose al bebé.

REFERENCIAS

OMS. (2010). La alimentación del lactante y del niño pequeño. Disponible en: http://apps.who.int/iris/bitstream/10665/44310/1/9789275330944_spa.pdf

OMS. Alimentación complementaria. Disponible en: http://www.who.int/nutrition/topics/complementary_feeding/es/

OPS. (2003). Principios de orientación para la alimentación complementaria del niño amamantado.

WHO. (2000). Complementary feeding: family foods for breastfed children. Disponible en: http://apps.who.int/iris/bitstream/10665/66389/1/WHO_NHD_00.1.pdf?ua=1&ua=1

 

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