De 6 a 12 meses · Entre los 12 y 24 meses · Generalidades · Preescolares

Desarrollo sensorial y alimentacion infantil

La Integración Sensorial es un proceso neurológico automático a través del cual nuestro cerebro interpreta y responde a la información que le llega a través de nuestros sentidos. El cerebro usa esas sensaciones para formar percepciones, comportamientos y aprendizajes. Los sistemas sensoriales que tradicionalmente conocemos son 5: olfato, gusto, vista, audición y tacto. Pero existen otros dos sistemas sensoriales: el sistema vestibular que nos da la información del equilibrio y movimiento ocular y el sistema propioceptivo, que nos da la ubicación del cuerpo en relación con el espacio y la percepción de sensaciones corporales (hambre, sueño, frío, calor).

La información recogida a través de los 7 sistemas sensoriales es enviada a nuestro cerebro, donde se registra e interpreta, es decir, se le da sentido y se organiza. Nosotros observamos una conducta que es la respuesta que nuestro cerebro nos envía ante una sensación. Y esa respuesta puede ser una respuesta adaptada a las demandas del entorno o una respuesta o conducta incorrecta.

Desarrollo sensorial y alimentación: cómo se relacionan?

Nuestros sentidos nos permiten darnos cuenta cómo sabe la comida, cómo se siente mantenerla en la boca, con qué fuerza debemos masticar nuestro bocado, entre otros. Cuando el sistema sensorial capta y/o procesa la información de manera inadecuada o diferente, de acuerdo al contexto o la situación puede ser un desafío, especialmente en el momento de comer. Estos niños pueden etiquetarse como malcriados, selectivos, que no ponen de su parte, consentidos o manipuladores.

Pero resulta que, comer es una experiencia sensorial compleja que requiere de los 7 sentidos y de otras funciones del organismo para que se realice adecuadamente: no solo se trata de percibir los alimentos con diferentes apariencias, olores, texturas y sabores, sino que además requiere de cierta planificación motora para llevar a cabo dicha actividad (masticación, movimientos linguales, cierre bucal), también la postura correcta manteniendo el cuerpo erguido, conservando el equilibrio (vestibular), consciencia de la posición de nuestro cuerpo, el agarre de los cubiertos y manejo de estos, control de la fuerza (propiocepción), la coordinación óculo-manual, e incluso, es necesario estar preparados para los sonidos, la intereacción social o las conversaciones que acompañan a la comida y aportan información sensorial extra:

  • El sentido del gusto es el que recibe un mayor desarrollo gracias a los alimentos. Conforme se introducen nuevos sabores todos los bebés comienzan a discriminar cuáles son de su agrado y cuáles simplemente no está dispuesto a comer.
  • El olfato también participa activamente y, los pequeños aprenden rápidamente a vincular un aroma determinado con el sabor que se genera en su boca, así que ya puede intuir qué comerá con solo percibir el olor que viene de la cocina.
  • La vista es el siguiente sentido involucrado, los colores y las formas que hay en el plato terminan de construir la imagen de los alimentos en la mente del niño, resulta sorprendente cómo hay pequeños que eligen su comida por colores o por formas, pero bueno son períodos por los que todos pasamos y que de la misma manera que llegan, se van.
  • El oído también se ejercita con los alimentos, ¿cómo?, pues escuchando a mamá (o a quien le dé de comer) repetir el nombre de lo que come, esa es una forma de estimularlo y de que aprenda a decir más palabras.
  • El tacto es también esencial ya que en la medida que el niño descubre que con sus manos puede tocar, tomar, aplastar y llevarse a la boca lo que le sirven para comer, aprende a discriminar texturas, en la misma forma que se estimula su autonomía y comienza a descubrir que su cuerpo le pertenece y él puede controlarlo o moverlo a su antojo.

Según se dé esta experiencia sensorial, puede ser que los niños decidan comer muy poco, incluso nada, y presentar las siguientes características:

  • Selectividad, solo pueden comer de una pequeña lista de alimentos específicos con un gusto particular, textura, olor o aspecto.
  • Inflexibilidad sobre los alimentos: no se permiten desviaciones de la lista de alimentos aprobados.
  • Incapacidad para probar nuevos alimentos y miedo a comer: come siempre lo mismo y no desea agregar nada más a esta lista (neofobia).
  • Incomodidad durante la hora de la comida: excesiva sensibilidad o poca sensibilidad.

Por ello es importante considerar los siguientes puntos para favorecer la integración sensorial:

  1. Dejemos que exploren los alimentos. Es importante que el niño se familiarice, huela, sienta, vea y juegue con ellos. Debemos darle el tiempo que necesiten para sentirse cómodos con los alimentos.
  2. Propicien y participen en actividades propioceptivas que le ayuden a aumentar la coordinación  y conciencia corporal como mordedores, z-vibe, cepillos eléctricos o de diferentes texturas. Esto favorecerá la propiocepción a la zona oral tanto por dentro de la boca como por fuera y si se realizan previas al momento de comer, pueden ser útiles para despertar el apetito y regular su nivel de alerta.
  3. Proporcionen alimentos que mezclen distintas temperaturas de frío y caliente.
  4. Preparen el niño para situaciones que le puedan provocar  cierta angustia y desconfianza. Se le puede explicar lo que se va a hacer después o enseñarle imágenes.
  5. Usen lo que prefiera como base e incorporen poco a poco otros alimentos, preparaciones y presentaciones.
  6. El ambiente en la mesa tiene que ser tranquilo, el niño tiene que asociar los momentos de la comida como algo satisfactorio.
  7. Es importante ponerse en la piel del niño, el lleva un ritmo distinto y necesita de tu paciencia para seguir avanzando.
  8. Si en algún momento el niño no quiere comer un alimento y comienza a escupirlo o vomitarlo, no hay que obligarlo a comerlo. Para la próxima comida, hay que ponerle un pedazo de este alimento junto a su comida favorita. Esto hay que realizarlo en repetidas ocasiones, así el niño se irá acostumbrando al alimento y lo querrá probar.

Si se percibe un aroma agradable que estimula las glándulas salivales y además se acompaña por un plato que a la vista resulta atractivo, ¿quién podría evitar al menos una probadita? 

Los sentidos son importantísimos en el sano desarrollo de un bebé, de hecho, el desarrollo sensorial es el comienzo del desarrollo cognitivo-motor y cada persona tiene un sistema sensorial único. Brindemos alimentos de calidad y démosle la oportunidad de elegir y probar cosas nuevas, incluso para que solo los vean. Estimular el desarrollo sensorial a través de los alimentos es vital para lograr una adecuada relación con los alimentos!

REFERENCIAS

-Neurobidea. (2022). Integración sensorial. Disponible en: https://www.neurobidea.com/integracion-sensorial/

-Kerzner B. Clinical investigation of feeding difficulties in young children: a practical approach. Clin Pediatr. 2009;48:960-965.

-Thompson, R. El desarrollo sensorial. Disponible en: https://studylib.es/doc/4841543/el-desarrollo-sensorial-02

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