De acuerdo con la OMS, las enfermedades no transmisibles (ENT) como las enfermedades cardiovasculares, enfermedades respiratorias crónicas (ERC), ciertos tipos de cáncer, diabetes tipos 2 y más recientemente incluidos, algunos trastornos de la salud mental, representan el 85% del número total de defunciones anuales para el 2020 en aquellos países con menores recursos económicos, afectando en gran parte a menores de 60 años. En la actualidad, los adolescentes y jóvenes son cada vez más afectados por ENT y esta población permanece oculta de la vigilancia global, objetivos y prioridades.

Algunos datos importantes:
- El término enfermedad cardiovascular incluye trastornos del corazón y de los vasos sanguíneos, que por lo general tienen su origen en el depósito de grasa en la pared de las arterias (ateroesclerosis). Hoy día se sabe que estos cambios ateroescleróticos se inician en la infancia y progresan a lo largo de los años, sin embargo, son cambios que pueden aún ser reversibles durante esta etapa de la vida.
- Cáncer. Es la causa principal de muerte en menores de 20 años. Las causas del cáncer se pueden clasificar en tres categorías, que incluyen: (i) carcinógenos biológicos (virus, bacterias, parásitos, factores hormonales y genéticos); (ii) carcinógenos químicos (como la contaminación de alimentos y agua, y el tabaquismo); y (iii) cancerígenos físicos (como la radiación ultravioleta y la ionizante). Sin embargo, se considera que el tabaquismo es la principal causa de cáncer, seguido de las dietas nutricionalmente inadecuadas con un alto consumo de carnes rojas y grasas, ultraprocesados, bajo consumo de frutas, vegetales, fibra dietética, vitaminas y minerales. Por lo tanto, minimizar o combatir estos factores de riesgo, puede reducir el riesgo de cáncer.
- Diabetes. Aunque se consideraba una enfermedad de la edad adulta, en los últimos años, se ha visto un incremento significativo en niños y jóvenes, debido al aumento en la prevalencia a estas edades de sobrepero y obesidad. Adicionalmente, aún y cuando la diabetes puede heredarse parcialmente, varios factores del estilo de vida como el alto consumo de azúcar y la falta de actividad física, pueden contribuir significativamente al progreso de la diabetes. Sin embargo, los cambios en el estilo de vida pueden prevenir la diabetes y las complicaciones a largo plazo. Los pacientes con diabetes tipo 2 pueden controlar o incluso revertir la diabetes cambiando su estilo de vida y sus hábitos alimenticios.
- Enfermedades respiratorias crónicas, se refiere a todas aquellas condiciones que afectan en forma crónica a los pulmones, vías aéreas y estructuras relacionadas como la rinosinusitis, asma, alergias respiratorias, enfermedad pulmonar obstructiva. Si bien, los factores genéticos y ambientales son los factores de riesgo más importantes de las ERC, es posible prevenirlas en cierta medida. Durante el embarazo, el tabaquismo materno contribuye a la disfunción pulmonar en los niños al nacer. Además, en los primeros años de vida, la salud de un niño afecta su salud respiratoria posterior. Así, seguir un estilo de vida saludable en las edades tempranas de la vida, evitar las infecciones respiratorias y evitar los agentes ambientales y laborales puede prevenir eficazmente las ERC.
- Trastornos de la salud mental, comprende una variedad de problemas que afectan la salud mental como la ansiedad, depresión, déficit de atención e hiperactividad, trastornos de la conducta, enfermedad bipolar, abuso de sustancias, entre otras. Los problemas de salud mental son la ENT más prevalente en menores de 20 años, de hecho el 50% de las enfermedades mentales comienzan alrededor de los 14 años. Algunos estudios sugieren que los procesos biológicos potenciales involucrados en la relación dieta/salud mental incluyen fenómenos como la inflamación, el estrés oxidativo y la neuroplasticidad, entre los cuales se destaca el microbioma intestinal. El cerebro humano opera a una tasa metabólica muy elevada, lo que representa el 20 % de las demandas energéticas a nivel corporal. Esto recae en la utilización de una proporción sustancial de la ingesta total de energía y nutrientes de un individuo. Dada la importancia del papel que supone la dieta en la modulación de los procesos inflamatorios, así como en la composición, estructura y función cerebral, se ha observado que el alto consumo de alimentos densos en energía y deficientes en nutrientes puede contribuir a una mayor inflamación en aquellos pacientes con enfermedades mentales. Por ello, la dieta parece constituirse en un factor clave en lo que a salud mental se refiere, al constituirse en un factor determinante en la modulación de procesos inflamatorios, así como en la composición y función cerebral.
Las ENT son el resultado resultado de la interacción de una combinación de factores genéticos, fisiológicos, ambientales y factores conductuales, frecuentemente asociadas con una larga duración y generalmente de progresión lenta. En la actualidad, se presentan en etapas cada vez más precoces de la vida, de hecho, dos terceras partes de las ENT, comienzan en la infancia, pero el fomento de estilos de vida y conductas saludables es una de las mayores estrategias de prevención de estas enfermedades no transmisibles.

De los factores de riesgo asociados a la aparición de las ENT, la dieta es un factor de riesgo común a todas, por lo que entre las medidas para prevención y control de las ENT propuestas por la OMS se destacan:
- Adecuado control del embarazo.
- Correcta alimentación materna.
- Promoción de la lactancia materna exclusiva los primeros 6 meses de la vida.
- Incorporación de una alimentación complementaria adecuada a partir de esa edad.
- Lactancia hasta los 2 años o más siempre que el niño reciba todos los alimentos que requiere para su adecuado crecimiento y desarrollo. El destete es una decisión del niño, la mamá y su pareja.
- Un estilo de vida saludable con actividad física, en ambientes libres de tabaco, sin su consumo, ni de alcohol y otras drogas.
- Incrementar el consumo de frutas y vegetales.
- Reducir el consumo de grasas saturadas y reemplazar por grasas insaturadas.
- Reemplazar grasas trans con grasas insaturadas.
- Reducir el consumo de azúcar y de azúcares añadidos en los alimentos y bebidas no alcohólicas.
- Limitar el consumo excesivo de calorías, reducir el tamaño de las porciones y la densidad energética de los alimentos.
La evidencia indica que patrones dietéticos y un estilo de vida saludables reducen los riesgos de enfermedades no transmisibles que van desde enfermedades cardiovasculares hasta cáncer. La salud se crea y se vive en lo que hacemos día a día en casa, en la escuela, en el trabajo y en la forma en que nos recreamos. Si queremos disfrutar de un buen estado de salud es hora de activar nuestro "modo saludable" y de este modo, cuidar de nosotros y de los demás.
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